martes, 20 de febrero de 2007

Comienza la aventura IKEA



Cuando las obras ya están adelantadas ya debes ir pensando en los muebles y complementos necesarios para llenar tu casa.
Condiciones indispensables para viajar al Ikea:
Tener fe. Sin fe no se va a Ikea. ¡¡¡Amos ya!!! El que va al Ikea debe ser un ferviente creyente de los siguientes mandamientos:
1) Todo está muchísimo más barato que en cualquier otro sitio.
2) Todo es fácil, muy fácil de montar. Si no lo es, recordar el primer mandamiento.
3) Si no te crees que es fácil de montar, ¿por qué todo el mundo... hasta tu vecina tonta del cuarto se ha montado la casa en Ikea?
4) Los muebles no son de tan mala calidad como dicen las malas lenguas.
5) El catálogo del Ikea será tu biblia. Cada vez que lo leas descubrirás cosas nuevas y las alabarás.
6) Y sólo cuesta un euro que te devuelven... el catálogo... me refiero.
7) No te importará compartir decoración y mobiliario con medio barrio.
8) Comerás las bolas de reno octogenario del restaurante (3 euros) y no rechistarás.
9) No te reirás de los nombres extraños de los artículos: Kaztraak; Lazvett; Vaantä.., etc.
10) No te quejarás de tener que rebuscar en un almacén el producto que has elegido, aun a riesgo de que el palé esté en la quinta planta y te aplaste; ni de que pese un montón , ni de tener que pagar las bolsas, ni de que las cajas para pagar no tengan cinta transportadora...

Todos estos mandamientos se resumen en uno: compraré lo que sea porque ya que estoy en Ikea algo tendré que hacer; compraré un corazón con manitas y alardearé ante mis amigos de lo mucho que me he ahorrado.

Segunda condición indispensable: Viajar en sábado. Cualquier otro día de la semana está terminantemente prohibido. No hay ni el bulle-bulle, ni los problemas de aparcamiento, ni las colas para comer... Por tanto, obligado, viajar en sábado.

Tercera condición: Llevar utilitario. La primera vez, vale. Vas con tu coche de 2x2 donde no entran las tablas ni de perfil. Aun así, las metes, aunque sea con la madera pegándole en el cogote al conductor y el resto de acompañantes (indispensable que sean varios para así jugar al qué apostamos que meto un elefante en una caja de cerillas) con las tercera intercostal entre el freno de mano y la alfombrilla que no limpias desde que te entregaron el coche. Eso la primera vez. Después de la experiencia, surge el genio del grupo, el amigo ése que siempre encuentra leña y que es el único que se mueve cuando hay que unir varias mesas en los restaurantes (¿por qué siempre hay una persona que lo
hace y los demás miran?) y suelta:
-La próxima vez... alquilamos una furgoneta.
Y tú lo miras, con cara de haber encontrado al guía espiritual de tu vida y asientes. Pero ahí queda todo. En el próximo viaje, volverán las oscuras golondrinas... a viajar apretadas en el 2x2 y, con suerte, el conductor puede que haya limpiado las alfombrillas.

Cuarta condición indispensable: No llevar cinta métrica ni lápiz. No es por nada. Es sólo para saborear el inigualable placer que da coger uno de los miles de lapiceritos superafilados (absténgase de guardarlos en un bolsillo) que te regalan a la entrada y ese metro de papel o papel de metro.

Quinta condición indispensable: No montar el mueble hasta dos meses después... cuando organices una comida en tu casa para que el manitas del grupo (el de la leña) te recomponga el puzzle del Vantäa que no has sido capaz de montar tú.

1 comentario:

Nuria dijo...

pues hablando de aventura ikea, a ver si voy esta semana. Estuve mirando la estanteria que decias tu y creo q me mola más que la que yo decía. Asi q ya me veo metro en mano y un cajon aqui, una balda allá... casi prefería que no hubiera tantas posibilidades!!!